Uno dos cien
minutos espero
no vas a llegar
y veo a los amantes
en las combis:
les cuesta tanto
esperar a sus casas
o a un hotel
donde puedan
amarse en privado.
Pongo cara de asco
y miro a otro lado.
A mi reloj, quizás
que marca ya
mil minutos
que te llevo esperando.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario