jueves, 28 de enero de 2010

Cuando se mueren, los perros se ponen tiezos, como muñecos de felpa de mala calidad.
Los basureros tiran la basura del camión a la calle, y hay gente que busca en ella algo de comer y lo encuentra.
El aire a veces huele a pescado, otras a huevo podrido, otras a desagüe. Yo no sé qué olor me tocará mañana.
Los niños tienen manchas en la piel y les cuesta concentrarse.
El río es marrón y a él dan a parar gallinazos, gaviotas y basura.
Yo aprendí a querer al río, ignorar lo feo y solo ver sus bordes verdes.
No escuché la bulla que me acompañaba y solo miré. Conocí e hice todo eso mío.

sábado, 16 de enero de 2010

De vuelta

No entendíamos por qué ya no pensábamos, por qué ya no escribíamos, por qué ya nada nos llamaba la atención, por qué nada nos parecía nuevo ni atractivo.
Ese día nos dimos cuenta de lo que nos hacía falta: salir solas con una canción triste de fondo. La melancolía y la soledad nos harían abrir los ojos nuevamente.