domingo, 17 de abril de 2011

/sin título/

Yo creo en tu sonrisa
y en el amor.
Pero también creo en tu odio
en tu desprecio.
Y creo en el bien y en el mal
creo en Dios.
Creo en tus mentiras
y en tu creación.
Creo en tus golpes,
tu desdén.
Creo en ti y en mí.
Creo en lo que tú crees
pero sobretodo
creo en lo que yo creo
en lo que yo he vivido,
en lo que yo he visto
sentido
encontrado
llorado
reído.
Creo en ti, pero sobretodo
creo en mí.

domingo, 3 de abril de 2011

Sueño

Por varios días seguidos, Tarcila había soñado que amaba a un hombre sin rostro. Cuando abría los ojos, no entendía bien qué había pasado, por qué había dado tanto a un desconocido, sintiendo que lo conocía de años. A la tercera noche, el hombre tuvo un rostro: era él, el de siempre. Cuando despertó, Tarcila recordó el sueño y lo comprendió todo. Siempre había sido el mismo hombre, el que había estado con ella por más de mil años y que no tenía intención de abandonarla. Cuando despertó, lo hizo con una sonrisa.
No pudo esperar a la noche, para volver a soñar.