He olvidado tu cara.
No tus manos ni tus ojos ni tus labios.
Solo tu cara.
He olvidado cómo luces.
Cuando nos crucemos en la calle,
-desconocidos aún-
no te reconoceré.
He olvidado tu cara.
No sé quién eres,
no sé tu nombre.
No reconozco tu voz.
Te busco día a día.
Te busco en mis sueños
y te llamo.
Te invoco.
Te nombro todos los días
y te sé de memoria,
te conozco al pie de la letra.
Pero, cuando nos crucemos en la calle,
-desconocidos para siempre-
no te reconoceré.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario