Hace diez millones de noches
que no duermo.
Vives en mi cabeza,
robas mi sueño.
Vives
en el tic tac del reloj,
en los ruidos de la calle
desierta,
en el sonido de las gotas
del caño de la cocina
que cuando te fuiste
dejó de funcionar.
Esta casa inmensa
solo alberga tu recuerdo
y mi fantasma.
Acechamos los pasillos,
arrastramos las cadenas,
caemos al abismo
del olvido,
de la pena.
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