domingo, 6 de septiembre de 2009

Cerebro

No recuerdo si fue hoy
o ayer
o hace mil años
que cantaste una canción
para mí.
Estabas parado en mi puerta
con las manos nerviosas.
No me dijiste "te quiero"
-no fue necesario,
el temblor de tus piernas lo hizo por tí.
Y tu perfume me abrazó hasta este momento
en el que ya no estás
pero igual te siento.