jueves, 10 de junio de 2010

Vivo en un país libre

Deseaba con toda su alma quedarse en ese abrazo.
Dormir en el abrazo, despertar en el abrazo.
Permanecer en esos brazos que habían sido los únicos en sacarla de sí.
Nadie más que esos brazos y ese cuerpo habían logrado recibir todo de ella, habían logrado que ella diera todo de sí, que se entregase sin pensar.
Deseaba con toda su alma quedarse en ese pecho, en ese aliento, en el calor.
Deseaba, moría por decir TE QUIERO, por decir soy tuya, por usar su boca para decir lo que su cuerpo hacía tiempo demostraba.
Quería con toda su alma ser una con él, ser única en él.
Deseaba volver eternos todos los instantes, cada segundo con él.
Se preguntaba si eran reales los abrazos y los escalofríos, los nervios, la desesperación por verlo.
Y quería que todo fuera verdad. No quería despertar jamás, no quería chocar con la realidad.
Sabía que, si lo deseaba tanto como lo hacía, se volvería cierta toda su fantasía.

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